Junta Popular de Resistencia a los Comisionados
A pesar de que las sucesivas Leyes Orgánicas municipales, aprobadas por la Legislatura de la provincia (1886 y 1890), avanzaban en el sentido de reconocer mayor autonomía y participación de los vecinos en la organización de los municipios, en los hechos estas “concesiones” eran retaceadas mediante el procedimiento de las intervenciones y las comisionaturas, además de la manipulación de los comicios. Entre 1903 y 1916, los comisionados fueron la regla y los intendentes la excepción.
Estamos en 1911. El 17 de mayo, el diario La Capital publica el texto de una carta que el “Comité del Libre Pensamiento” dirige al Comisionado Municipal de turno, César A Ceretti, a la sazón también diputado provincial. El Comité se agravia del secuestro, por parte de la autoridad local, de su libro “Sarmiento y su obra liberal”. La carta, firmada por Fructuoso D. García, como presidente y Luis Torricelli, secretario, califica al hecho como “abusivo”, un “atropello contra la libertad de imprenta y un ultraje inaudito a la memoria del eminente Sarmiento”.
El mismo día 17 y con similar tenor la Logia Masónica “7 de junio de 1891”, adhiere a la protesta del Comité y reclama del comisionado su urgente intervención.
Al día siguiente aparece en La Capital una enérgica nota del Centro Socialista de Mar del Plata, sumándose al reclamo de los librepensadores y los masones.
Pocos días después, el 28 de mayo, La Capital editorializa comentando esta sorprendente coincidencia de voluntades cívicas y afirma:
“ Liberalismo, Masonería y Socialismo, son aquí tres fuerzas directrices de la sociedad con indiscutible valía como tales fuerzas y unidas suman un respetable contingente de esfuerzos y voluntades”
Lo de “fuerzas directrices de la sociedad” ya no va únicamente por la repulsa a la incautación de la publicación de homenaje a Sarmiento. El conflicto, en el curso de una semana se ha ahondado y expandido y ya el día 25 el Comités del Libre Pensamiento, la Logia Masónica 7 de junio de 1891 y el Centro Socialista de Mar del Plata convocan a la población a una concentración popular para manifestar su repudio. Dice el manifiesto: “el pueblo... está cansado de la funesta actuación del comisionado municipal en esta ciudad”
La concentración se realiza el domingo 28 en horas de la tarde. El éxito sorprende a los más optimistas. La Capital calcula unas 4500 personas, lo que representaría el 50% de los varones adultos y más del 20% del total de la población.
Actuando a modo de una Asamblea popular, conscientes de su fuerza y representatividad, los organizadores envían un telegrama al gobernador de la provincia, diciendo entre otras cosas que “manifiestan el deseo de tener un gobierno comunal propio”
Si la extensa crónica original se lee de corrido y sin prevenciones resulta que la Logia Masónica 7 de junio de 1891, el Comité del Libre Pensamiento y el pequeño Centro Socialista local (que en las elecciones de 1913, dos años después, obtendrá sólo 87 votos), más algunos “ciudadanos descontentos”, organizan un mitin gigantesco y, con sustento en esa movilización, reclaman al gobernador de la provincia la deposición de su amigo y correligionario, el comisionado municipal César A. Ceretti, y exigen “un gobierno comunal propio”.
Podría preguntarse: ¿Qué ha pasado con la actividad política tradicional? Sin dudas, las cosas estaban cambiando.
Para hallar las respuestas a esta y otras cuestiones es necesario saber que Fructuoso García, presidente del Comité del Libre Pensamiento y Domingo Risso (prestigioso dirigente del centro socialista local que había participado del grupo fundador del Partido Socialista Argentino junto a Juan B. Justo), eran masones. Teodoro Bronzini, que aparecerá enseguida como uno de los secretarios de la Junta Popular de Resistencia a los Comisionados Municipales y que organiza las marchas desde los barrios “de la pescadilla” y “la Tierra del Fuego” había sido iniciado en la logia en 1910 y varios prestigiosos referentes locales, protagonistas de estos episodios, también eran “iniciados”. Sin duda la influencia de la Logia y la decisión de sus miembros de “pasar a la acción” fue clave para organizar las fuerzas colectivas de inspiración autonomista, alimentadas por un sentido creciente de la propia importancia y el carácter singular del fenómeno en que se había convertido MDP.
Ya el 31 de mayo de 1911 se ha constituido la Junta Popular de Resistencia a los Comisionados Municipales quedando formalizada una mesa directiva presidida por Fructuoso García y de la que son secretarios Domingo Risso, Luis Torricelli y Ramón De la Llosa, todos ellos masones. Uno de sus vocales es Teodoro Bronzini, joven de 22 años e hijo de pescadores italianos.
Ese día la Junta llama a la población a una nueva manifestación para el domingo 11 de junio.
El jefe de policía de la provincia niega el permiso. Los gremios obreros preparan una huelga general. La Junta de Resistencia apela al Ministro de Gobierno La ciudad está dispuesta a resistir
Concedido finalmente el permiso para el día 18, el diario La Capital titula la crónica:
“EL MEETING POPULAR” “Éxito y orden completos”
Después de calificar el acto como el más numeroso jamás hecho en la ciudad, el diario transcribe la estimación de la Junta según la cual se habrían superado los 6.000 concurrentes.
Los discursos, incluso la lectura en voz alta y frente al Palacio Municipal de los cargos que “el pueblo formula al diputado Ceretti”, enfatizaron que el reclamo de la renuncia del comisionado era sólo el paso previo para la asunción por parte de los vecinos de la plenitud de sus atributos de autonomía Pasemos ahora rápidamente sobre los acontecimientos.
Recién en febrero de 1913 renuncia Cesar A. Ceretti, pero para ser reemplazado por otro Comisionado.
El vecindario advierte que las manifestaciones conmueven pero no alcanzan para arrancar correcciones al rumbo del gobierno de la provincia. En el orden nacional, la abstención electoral del radicalismo es una dolorosa señal de ilegitimidad que acusa al orden conservador establecido.
A fines del mismo año (5 de octubre de 1913) decididos a apurar el proceso mediante la lucha política, un grupo de masones marplatenses fundan el Partido Liberal: En las elecciones de ese mismo año los candidatos liberales, entre los que se cuenta Teodoro Bronzini, triunfan sobre los del Comité Conservador y consagran concejales municipales.
En un reportaje que le realizara el Diario “El Progreso” en Nov. De 1941, y ante la pregunta sobre su iniciación en la vida pública y política, Bronzini expuso lo siguiente:
“Era casi un niño cuando Mar del Plata fue sacudida por los primeros síntomas de un vigoroso despertar cívico. El Centro Liberal y la Junta Popular de Resistencia a los Comisionados Municipales, primero, y el Partido Liberal y la Juventud Democrática, después, fueron los instrumentos de acción política que encarnaban un nuevo estado de las cosas. Era por los tiempos en que no había vida municipal,, Permanentemente intervenidas las comunas. El Dr. Arturo Alió, los Sres. Eliseo E. Parada, Fructuoso D. García, Ramón de la Llosa, Ildefonso A. Lecuna, fueron los inspiradores y dirigentes, entre otros, de aquel movimiento que tuvo para Mar del Plata fecundas consecuencias.”